El 2 de octubre se celebra el Día Internacional de la No Violencia, decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Se escogió esta fecha en honor a uno de los principales líderes que ha existido de movimientos no violentos: Mahatma Gandhi, líder de la independencia de la India y quién definió la no violencia como: «la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre».
Vivimos en un mundo que parece ser cada vez más violento. Se estima que cada año 1,6 millones de personas pierden la vida en algún acto de violencia, donde los tipos más comunes son violencia contra la mujer o violencia de género, violencia racial, violencia religiosa, violencia homofóbica y en menor grado violencia criminal. Y en este caso que nos ocupa, la violencia filio-parental, que desde Proyecto Hombre Valladolid entendemos que surge debido al espacio vacío que ha dejado el pasar de un modelo autoritario, a un modelo permisivo; y no funcionar ninguno de los dos. En este nuevo modelo la autoridad y la obediencia no necesariamente debutan a la vez. El control sobre los hijos no depende de nosotros; de nosotros depende el control de nosotros mismos. Este modelo conlleva renunciar a los privilegios del distanciamiento con los hijos, estar dispuesto a exponerse a la crítica, renunciar al honor, abandonar la ilusión de control, olvidar la fuerza física y prevenir la escalada, etc. Restaurar poco a poco dicha autoridad, con elementos que tienen que ver con la presencia, la cercanía y el afecto, la supervisión, la proximidad, la capacidad de cometer errores, de dudar, etc y en el tema que nos ocupa introducir elementos de calma, la persistencia, y la reparación es fundamental.
El Norte de Castilla ha recogido parte de esta fenomenología en su artículo:
https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/abuso-nuevas-tecnologias-20221002232348-nt.html
Algunas de las características de este fenómeno pueden ser:
- No está ligado con niveles socioeconómicos precarios o estructuras familiares debilitadas o en riesgo de exclusión. Propio de familias normalizadas.
- Existencia de contradicciones entre la protección y la autonomía del menor y la poca educación en la frustación.
- Tendencia a “estigmatizar al menor”
- El fenómeno es fruto de una trayectoria en la que se aprende que la violencia sirve para conseguir lo que se quieras. Fruto de un espacio que debería ser de seguridad y afecto pero que se encuentra alterado.
- Todo el sistema familiar se altera cuando se produce esta circunstancia.
- Es frecuente que la mujer sea más agredida que el hombre.
- Circunstancias/variables que incrementan la probabilidad:
- La monoparentalidad “conflictiva”.
- Hijos adoptados con perfiles complejos.
- Adolescentes con trastorno mental u otros diagnósticos que afecten al comportamiento, comunicación, relaciones, control de impulsos etc.
- Familias en las que la violencia dirige las dinámicas internas.
Los aspectos fundamentales en la intervención de los casos de familias con violencia filioparental son:
- Es un trabajo con toda la familia, siempre que se pueda.
- Reenfoque parental. Los padres forman parte del proceso de escalada y son los que pueden romper el ciclo de la violencia, con el autocontrol y la no escalada. Incorporación de nuevas herramientas para la gestión del conflicto en línea de reducir la tensión, tiempos fuera.
- Los hijos e hijas son consciente pero justifican la violencia en base al comportamiento de los padres.
- Desvelar el problema a otros agentes cercanos; “romper el silencio” e incorporarlos en el proceso.
- Dos tipos de escalada; simétrica y complementaria (ante sumisión, mayor demanda).