Tradicionalmente, las adicciones han sido consideradas como un problema masculino y por tanto los recursos se habían enfocado hacia ese perfil. En la actualidad incorporar la perspectiva de género en los programas de rehabilitación es obligatorio. Nosotros ya lo hicimos y te lo ofrecemos a continuación.
Los factores que motivan el consumo, las sustancias, las consecuencias y los problemas que provocan no coinciden con el de los hombres.
Además de la adicción, la tradicional vinculación del consumo de drogas al ejercicio de la prostitución o a la promiscuidad sexual, es fuente importante de estigmatización para las mujeres, además de añadir un tercer factor social de descrédito, de vulnerabilidad. La vergüenza, la escasa autoestima, la asunción de la culpa, etc., impide a las mujeres denunciar los abusos, llegando incluso a culpabilizarse a sí mismas de estos episodios y aceptarlos por considerarse indignas, no dignas de amor y/o por el miedo de no encontrar a ninguna otra persona que pueda aceptarlas con tales “déficits”. En nuestros programas nos centramos en abordar el trabajo sobre la identidad y generar estrategias de resistencia frente a este etiquetaje a través del apoyo que ofrecen los grupos de autoayuda.
Las mujeres que han finalizado los programas terapéuticos en Proyecto Hombre coinciden en:
Es la línea de actuación destinada a las mujeres en situación de riesgo o vulnerabilidad, prestando especial atención a aquellas afectadas por el consumo de alcohol, tranquilizantes y otras drogas. El objetivo es que las mujeres mejoren la comprensión de lo que sucede en sus vidas, que vuelvan a conectar consigo mismas y que aprendan a encontrar nuevas respuestas.
Programa destinado fundamentalmente a mujeres en situación de vulnerabilidad o riesgo derivado de circunstancias personales o socio familiares complejas, con usos problemáticos de alcohol, tranquilizantes y otras drogas, pudiendo ser víctimas de violencia.
Desintoxicación, rehabilitación y reinserción. Mejorar la comprensión de lo que sucede en las vidas de las mujeres afectadas, conectar con su persona y con su vida, incorporar la perspectiva de los otros, aprender y encontrar nuevas respuestas.
La metodología puede ser individual y grupal, en régimen residencial o ambulatorio, depende del perfil de la mujer y su realidad. El tiempo depende del perfil, pero en torno a un año, con sesiones semanales. Incorpora a la familia y a su entorno más cercano, siempre que sea posible.
Muchas de las mujeres que pasan por este programa han estado expuestas a experiencias traumáticas tanto en la infancia como en la adultez y en Frida ponemos el acento en procurar reparo terapéutico de estas circunstancias altamente traumáticas.
Frida es un espacio seguro en el que puedes compartir todos tus pensamientos sin temor a ser juzgada. Hace que tus heridas curen de manera sana y natural. M.L., USUARIA DE FRIDA 2020.
El 83% de las mujeres que acudieron en 2021 a este recurso fueron víctimas de episodios de violencia de género
Visibilizar a la mujer rural, eliminado la soledad y el aislamiento de estas, generando una red de apoyo comunitario para prevenir el abuso de psicofármacos (antidepresivos, barbitúricos, …), alcohol y de otras drogas en momentos críticos y estresantes, como son las crisis personales y evolutivas, conflictos laborales y sociales, disputas de pareja o ansiedad en la crianza.
Mujeres, adultas y jóvenes, que viven en los pueblos de la provincia de Valladolid.
Prevenir el abuso de psicofármacos, alcohol y de otras drogas entre mujeres del ámbito rural, en momentos críticos y estresantes, fomentar el autocuidado y mejorar la calidad de vida. Crear una “red virtual de apoyo” mediante la formación y capacitación de lideresas.
Se implementará en los municipios de Valladolid pertenecientes a las 13 zonas de actuación de “servicios sociales“ de Diputación.
La metodología de “apoyo entre iguales” genera flujos de comunicación constante entre las mujeres previniendo el aislamiento, la cronicidad de los problemas y promueve el apoyo mutuo. Con talleres para la promoción del autocuidado y evitar la automedicación y el abuso de psicofármacos.
Ponemos en marcha la primera iniciativa en el ámbito de las adicciones que se desarrolla a nivel rural incorporando la perspectiva de género
Según los datos de la encuesta EDADES (2017), las mujeres doblan el consumo de hipnosedantes.
Servicio de atención integral a mujeres que por su condición de víctima de violencia de género y consumo leves o moderados de alcohol, fármacos y otras drogas (TCS leve y moderado), viven inmersas en situaciones de especial vulnerabilidad y riesgo. Ofrece una atención terapeutica integral que aborda ambas problemáticas, y un alojamiento alternativo seguro para dichas mujeres, con o sin personas a su cargo.
Mujeres víctimas de violencia de género con trastorno leve moderado por uso de sustancias, con o sin personas dependientes a su cargo. Han de formar parte de la Red de Víctimas de la Junta de Castilla y León.
Garantizar un entorno de seguridad, lejos del agresor, y una intervención frente al consumo de drogas y al maltrato recibido que las empodere y favorezca su autonomía y reinserción. La mujer se vinculará al programa de centro de día más apropiado, normalmente al FRIDA.
Modelo innovador que incluye áreas personalizadas de motivación, desarrollo personal y competencias laborales y prelaborales de cara a su reinserción.
A través de una vivienda tutelada, las mujeres pueden acudir con personas dependientes (mayores y/o menores), lo que posibilita la abstinencia y la superación del trauma. La duración de la estancia dependerá del “Plan de Intervención Individual”, siendo la media de 6 meses.
Las relaciones entretejidas entre traumas, consumos y trastornos mentales plantean aspectos diana primordiales a trabajar con estas mujeres. HARRIS, FALLOT y WOLFSON BERLEY, 2005.
Muchas mujeres usan drogas y/o alcohol para medicar el dolor del trauma. Todos esos síntomas se han relacionado con una mayor probabilidad de recaídas durante el tratamiento, una vez finalizado éste, así como con abandonos del proceso terapéutico. BLOOD Y CORNWALL 1996; YOUNG, 1995.
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