Hoy publicamos nuestra memoria de 2019. Y eso es lo que hemos tenido que hacer, memoria, durante varios meses porque el año que cerramos ha estado cargado de novedades, actividades y trabajo. Ha sido un año con un cambio de presidente en la Fundación Aldaba, entidad que da soporte jurídico a Proyecto Hombre Valladolid: Luis Antonio Martínez sustituyó a Francisco Cilleruelo, ahora secretario y ambos hermanos de La Salle. Incorporamos los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que basamos nuestra atención
En cuanto a la atención a personas con adicciones, atendimos a 326 personas entre el Centro de Día y la Comunidad Terapéutica, incorporando un cuestionario para la valoración de la dependencia al juego. El programa Frida, financiado por la Fundación iberdrola, de atención a mujeres dependientes, se consolidó en 2019 gracias al trabajo en red con otras instituciones y dispositivos sensibles a esta problemática, Gerencia territorial de S.S. de la Junta CyL, CEAS de Diputación, y Ayuntamientos de Valladolid, Medina del Campo y Laguna de Duero; y el programa de Patología Dual se reforzó puesto que Proyecto Hombre pasó a formar parte del nuevo modelo de coordinación entre Salud Mental del SACYL y Red de Asistencia al Drogodependiente de Castilla y León.
La prevención y tratamiento de la violencia tiene un papel fundamental en nuestra entidad. Con el objetivo de fomentar el buen trato entre personas y erradicar la violencia de las relaciones, tanto dentro como fuera de la familia, Proyecto Hombre Valladolid trabaja la violencia de forma integral y desde diferentes prismas y perspectivas.Durante el 2019, se han incrementado los recursos humanos destinados a PRIAMA e intensificado el seguimiento y coordinación con el SGPMA. Además, Proyecto Hombre puso en marcha a principios de 2019 el Programa EIRENE, de prevención y atención a la violencia filioparental que pretende dar respuesta a padres y madres que están sufriendo esta problemática. Está financiado por la Obra Social “La Caixa”, la Diputación y el Ayuntamiento de Valladolid, con la colaboración de la Junta de Castilla y León.
El año pasado se caracterizó por el impulso de los servicios de reinserción social. Trabajar es una necesidad básica para cualquier persona, es su primer escalón para acceder a otras áreas de crecimiento como las relaciones sociales, la formación de una familia o el disfrute de un ocio saludable. Es el punto de partida fundamental para conseguir una vida plena y hay que incluir la perspectiva de género cuando se impulsa la inserción social y laboral de las personas más vulnerables. Lo hicimos mediante el Proyecto de Integración Socio-Laboral para personas con problemas de Adicciones (INSOLA), cofinanciado por el Fondo Social Europeo, en el marco de programa POISES. Mediante este programa se trabaja con personas con problemas drogodependientes a través de itinerarios individualizados de inserción, desde el momento en que se inicia el proceso terapéutico, y se complementa mediante la formación, capacitación y el desarrollo de competencias y habilidades sociolaborales básicas; y con un curso en el que participaron 22 personas, entre ellas 2 mujeres, de capacitación en limpiezas y mantenimiento de espacios interiores y exteriores para personas en riesgo de exclusión social.
Nuestro esfuerzo en Prevención Indicada se centró mejorar la coordinación con los agentes implicados en el abordaje de los casos: se han mantenido reuniones de coordinación mensuales con los técnicos de la Unidad de Intervención Educativa, y del centro de menores “Los Manzanos” ambos pertenecientes a la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, con el objetivo de que los profesionales implicados en un mismo caso, compartan y complementen las mismas líneas de intervención. También con el centro de menores perteneciente a la ONG “Nuevo Futuro”, entidad que trabaja para la protección de la infancia y adolescencia. Además de la sede en Valladolid, el programa de prevención indicada cuenta con una sede física en Medina del Campo, gracias a la sensibilización y el compromiso de su Ayuntamiento con la juventud medinense y a la estrecha e histórica colaboración de nuestra organización con el Plan Municipal de Drogas de Medina del Campo, que lo financia. Seguimos con la Prevención comunitaria, desarrollada en contextos abiertos, no formales, como la calle o el barrio, en coordinación con los agentes sociales, preventivos y educativos de la zona, buscando la optimización de los recursos propios y la generación de sinergias.
Nos enfocamos en el alcohol en jóvenes mediante programa Ícaro, promovido y coordinado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, Gerencia de Servicios Sociales, Comisionado Regional para la Droga y la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, tiene como objetivo general la prevención y reducción de riesgos asociados al consumo de alcohol en menores de 18 años, atendidos por intoxicación etílica en los servicios hospitalarios de urgencias y emergencias.
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