La actividad que desarrolla el tercer sector es probablemente una de las más perjudicadas por la crisis. Nos asalta la pregunta de si tal vez éramos demasiados, si quizás dependíamos en exceso de la financiación pública, si faltaba claridad y transparencia, o si acaso sobraba voluntarismo y filantropía.
Durante estos años de crisis, más de un 20% de las ONGs no han podido mantenerse tras la mengua de recursos y han desaparecido. Su financiación provenía exclusivamente de fondos públicos. Nosotros nos hemos mantenido en un 60/40… hasta ahora (60% financiación pública, 40% privada). La evidencia es meridiana y los porcentajes están invertidos en el mejor de los casos.
A estas alturas Fundación Aldaba-Proyecto Hombre ha realizado una profunda autocrítica y revisión interna y ha comenzado la puesta en marcha de nuevas estrategias orientadas fundamentalmente a la sostenibilidad económica. Esta tarea no es sencilla; supone por un lado una mayor diversificación de las fuentes de financiación y por otro el fortalecimiento de las relaciones entre nuestro Proyecto y los diferentes grupos a él vinculados: familias, usuarios, colaboradores y voluntarios, etc.
Esta estrategia incorpora además revisión y cambios transversales y específicos en otras áreas básicas como la comunicación, el grado de alineamiento con los objetivos de la administración, la evaluación, la metodología…
Una nueva etapa, confusa y difícil, en la que no queremos correr el riesgo de funcionar sin perspectiva. Por eso, esta nueva etapa ha de caracterizarse sobre todo por el fortalecimiento de nuestra misión a partir de una mayor red de alianzas y colaboraciones.
Recuerdo la cita que, a propósito de estas cuestiones, alguien dijo, en la última reunión: “… a vino nuevo, odres nuevos…” Esto queremos. Las nuevas circunstancias exigen formas, esquemas y estructuras nuevas. Queremos ser capaces de demostrar el impacto social y económico de nuestra actividad, medirlo y reivindicar la necesidad de este Proyecto, con la perspectiva del tiempo.
Busqué la cita y me sorprendió la riqueza y oportunidad del texto. Quisiera reproducirlo y compartirlo con todos vosotros.
“Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente”.
San Mateo 9,17
Mª Paz de la Puente Martín
Directora
Fundación Aldaba – Proyecto Hombre