El pasado 14 de marzo cambiaron muchas cosas en Proyecto Hombre Valladolid, como en el resto de España y del mundo, pero siguió una constante inalterable: la atención a nuestros usuarios, fuera por la vía que fuera. Desde ese día se puso en marcha la maquinaria interna para adaptarse las nuevas necesidades. También se ha ejercido un sobreesfuerzo de los terapeutas y de las familias en la adaptación tecnológica para poder realizar un abordaje lo más normalizado, dentro de la situación. Más de 3.200 atenciones se han realizado en Proyecto Hombre durante el confinamiento hasta el pasado 10 de abril.
Los usuarios de la Comunidad Terapéutica se fueron de fin de semana el 13 de marzo, pero el estado de alarma impidió su vuelta. La atención psicoterapéutica durante este tiempo se ha realizado de manera telemática aunque se ha tenido que atender de manera presencial a varios de ellos. El pasado 11 de mayo, se volvió a abrir el centro para 8 usuarios que presentaban necesidades de un seguimiento más pormenorizado. Con respecto a la atención ambulatoria, podemos destacar el mantenimiento de la estabilidad y abstinencia, e incluso la reducción de la incidencia de conflictos familiares, desajustes personales o consumo. Se han tratado más de 80 expedientes (más de 125 personas entre usuarios y familiares), con más de 2.100 atenciones durante estas semanas. Las personas que están en los centros penitenciarios han tenido su seguimiento y han estado en contacto con nuestros voluntarios y terapeutas a través de carta.
Desde el Centro Aldaba, la parte de Proyecto Hombre que da servicio a los jóvenes, se ha atendido una media casi 70 expedientes, que si les sumamos la atención a los familiares, hace una media de más de 150 personas atendidas, con más de 530 atenciones telemáticas realizadas a lo largo de estos dos meses. Como norma general podemos decir que los menores han aprovechado el confinamiento para dejar de consumir, probablemente por la reducción del contacto social, y se han estrechado lazos familiares y mejorado la comunicación entre sus miembros. A medida que han pasado los días, se ha constado un cambio en los horarios habituales y se ha intensificado las situaciones de conflicto en aquellas familias que no han aprendido estrategias para manejar situaciones de estrés.
También se ha seguido con la prevención comunitaria y universal, se ha seguido atendiendo online a menores y familias de los programas «Dédalo», «Pisuerga», «Forum Game», intentando ser un apoyo en las tareas escolares, fomento de hábitos de vida saludable, reducir la brecha digital y apoyo psicológico en general. Y con el Servicio de Orientación Laboral, realizando labores de motivación para la formación online y ayudando en la gestión de ayudas económicas para nuestros usuarios, entre otras funciones. También se ha seguido gestionando el programa INSOLA (proyecto de integración socio-laboral para personas con problemas de adicciones).
Otra parte muy importante ha sido la coordinación con instituciones públicas, entidades y otras organizaciones. Desde los servicios sociales del Ayuntamiento de Valladolid, el Ayuntamiento de Medina del Campo o la Diputación de Valladolid se han recibido demandas para la atención de problemas, así como se ha realizado el seguimiento de usuarios que permanecen en los centros «Los Manzanos», «Nuevo Futuro», Adsis, Cáritas, Centro de Inserción «Máximo Casado», Fundación Personas, FEAFES, instituciones penitenciarias o varios centros hospitalarios.
Con todo este trabajo ha quedado demostrado que el confinamiento no es sinónimo de aislamiento social, sino físico. Proyecto Hombre sigue ahí para todo el que lo necesita.